martes, 19 de mayo de 2009

A CIEGAS

¿Cuál es la verdadera ceguera?

No es la primera película que consigue que me decepcione la sociedad; puesto que, ante las adversidades de la vida, puede más el poder que la sensatez. A ciegas no solo consigue demostrar este aspecto, sino que también me hace creer que existen buenas personas que ayudan a los demás a superar las dificultades que se les presentan sin ningún tipo de interés propio.

A ciegas es la adaptación cinematográfica del ensayo de José Saramago, Premio Nobel de Literatura, “Ensayo sobre la ceguera”. Fernando Meirelles ha conseguido convertirla en una obra que no pasa desapercibida. El argumento contiene una idea de catástrofe atroz: poco a poco cada persona de la ciudad pierde la vista de manera muy extraña, un manto de luz blanca impide que vean a su alrededor, y el gobierno, ante tal epidemia, decide encerrarlos en cuarentena en un viejo hospital. Una mujer (Julianne More) decide acompañar a su marido ciego (Mark Ruffalo) en su estancia en el hospital haciéndose pasar por ciega, así es como acaba siendo la única con poder de ver en un mundo de ciegos.

Meirelles refleja la situación de la ceguera controlada con escenas de luz intensa y de tonalidades blancas, que nos hace meternos en la piel de los personajes con la ayuda planos subjetivos, mostrando como visualizan ellos lo que tienen a su alrededor.

Siempre nos queda pensar que, al fin y al cabo, toda la película es una metáfora. En el momento en que nos quedamos ciegos, comenzamos a vernos a nosotros mismos, nuestro interior y por tanto, el de los demás también.


Los acomodadores te la recomiendan incluso con los ojos cerrados

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